31 de mayo de 2010

Extraño

Sé que no os gustan las incógnitas. Pero a mí sí, sobre todo cuando se tratan de ciertos asuntos. No lo puedo evitar.


Quizás sea por los motores de las fábricas que envuelven el aire de verano de un molesto zumbido, un zumbido que sólo entiende el silencio los domingos, en vista de un vacío donde abunda la tranquilidad.


Pero no siempre estaremos aquí, enclavados como la Excalibur, pues un Arturo podría decidirse a llegar algún día a forjar su propio Camelot entre las brumas de un destino incierto pero sereno, escuchando esas voces que te hablan acerca de la eternidad y del paso de los días en los que habitas.


No intentes vivir más de sesenta minutos en una hora, podría salir mal tu jugada. Podrías llegar a resultar realmente perjudicado cayendo en la trampa que tú mismo has puesto en la puerta de tu casa.


Súplicas y redenciones suben como las golondrinas en días de humedad hacia un cielo de dioses truculentos. Cuestiones que desean ser resueltas y que están condenadas a ser respondidas por rudos analfabetos.


Ni lejos ni demasiado cerca, simplemente donde están. En cada momento de su diminuta y remota existencia.


Cuando huelas a resina de pino, no esperes encontrar sombra, porque habrán talado el árbol.


Perdón por el mes de lo Extraño.

30 de mayo de 2010

Egoísta


El que es uno, y es cero e infinito.


La madera que se convierte en astillas y la roca en arena. Cada escama de mi piel que queda bajo las uñas de esas manos que arañan mi espalda con el único propósito de hacerme daño.


Lo atesoras, te empeñas en guardarlo y en esconderlo. Y te comprendo, mucho mejor de lo que piensas. Somos gente de islas del tesoro y de mapas tatuados. Aquellos que mataríamos por una moneda de bronce simplemente, porque es nuestra.


Porque cuando ves que la nieve sube en vez de bajar, mantienes en silencio tu sonrisa, porque esas semillas de chopo son caprichosas en primavera. Y lo monótono es pasajero, y el espacio se convierte en tiempo.


El silencio es la mejor forma de ser egoísta, y las preguntas, las forma más cruel de tortura.


Un poco más, sólo un poco más, permíteme que sea un poco egoísta. ¿Acaso crees que no lo merezco? Porque solo entonces, me atreveré a susurrarte eso que me ha hecho llorar.


28 de mayo de 2010

Etéreo



Tú, que extiendes brazos que intentan abrazar lo intangible, el muro que es ventana y la cortina que es humo. Amigo de los susurros sin nombre.


Existen pozos en los que la luna no se refleja porque su agua no es espejo, sino tela de hebras de plata, cortina a ese mundo en el que vive únicamente gente amable y gentil, personas que se limitan a sonreír tendiendo su mano desnuda; porque no sienten asco.


Aquello que no tiene forma no deja de existir, como esa cinta de humo de incienso se deshilacha con la brisa o como el sauce no olvida que sus hojas gustan de ser mecidas; y es que estás viendo a ese fantasma.


Tu virtud no ha sido comprada, tampoco tus palabras.


Tan asustado que podrías pasar una eternidad llorando, siempre has ignorado lo que no ves. Obcecado, confuso, aturdido, con el miedo inherente en ti has descubierto que tu prisión sólo era una parte más de tu imaginación, porque eres etéreo, con todo lo que ello significa.

25 de mayo de 2010

Evolución


Ya he hablado alguna vez sobre el devenir, o al menos eso es lo que creo recordar.


Quizás últimamente escriba un poco menos por aquí, pero no es que haya dejado de escribir, simplemente es que escribo en otros sitios, lugares que por diversas andanzas, te han hecho ir allí a dejar cuatro trazos acabados siempre en puntos suspensivos. Porque sabes que esa frase que no terminas te hará volver para acabarla. Aunque a fin de cuentas, este lugar es otra frase inacabada…


No quería hablar de primates, ni de la teoría endosimbionte, y ni mucho menos de filogenia. Realmente no sé de qué quería hablar.


Cuando recuerdas hechos, de un pasado reciente o de un pasado lejano, puedes sopesar conceptos que en el anodino paso del tiempo se nos escapan a simple vista, porque nos quitamos las gafas para parecer más guapos.


Creía fervientemente que la gente es incapaz de cambiar, pero me he dado cuenta, de que muchas cosas malas pueden ser peores, así que gracias, Darwin.


Realmente no quería dejar una connotación negativa aquí, simplemente me prometí hace tiempo, y de hecho sé dónde y cuándo lo prometí, que hasta que el destino me diera tal golpe, no me daría por aludido en admitir que me equivocaba.


Gracias a Dios, no ha dolido.


23 de mayo de 2010

Evasivo


Endiabladamente esquivo, empleas esa estereotipada mirada para burlarte, en cada esquina. Para reír con las sombras, para cantar con los grillos.


El acordeón se desinfla escupiendo una sonatina que te taladra, imbuyéndote un sentimiento que carece de rasgos, que decrépito, se esconde para celebrar el jolgorio en soledad. Y cuando te das cuenta de que olvidaste al acordeón tirado en un parque, te despiertas de tu ensueño para insuflarlo y bailar sin comedida.


Trasiego que vas, y vuelves, y evitas. Y que vienes y te marchas sin cerrar la puerta, gritando a cada paso que das corredor arriba, escaleras abajo.


Loco desdichado, vendedor de cigarrillos fumados, de zapatos rotos y medias ajadas.


Y que aún no sabes por qué te ríes, montado en esa bicicleta sin ruedas, mientras das palmas insistiendo en que dominas el arte del no-manillar.


Quizá lo hagas porque la oscuridad no entiende de sonrisas, ni de formas vacuas. Porque te gusta dejar estelas de incienso y no parar de correr hasta que se escucha el ruido de los platos rotos. O quizás simplemente porque te gusta dejarlo todo en el quizás.


Dejaré de persuadirte, amigo evasivo, de que grites en la ventana del que aun cuando no ha anochecido, está dormido. Porque las flores de los jarrones sin agua, están hechas para que el viento regale sus pétalos.

22 de mayo de 2010

Estúpidos


Necios o faltos de inteligencia.


Te dicen que hay muchas personas ciegas en este mundo, pero cuando no las ves, antes que preguntarte si eres tú el ciego crees que te han mentido, o bien que estaban equivocados.


El hombre, visto desde un punto de vista estrictamente animal, es despiadado. Luchará por sobrevivir y si hace falta, te usará a ti para sus fines. Tú, que estás leyendo esto, también perteneces a esta raza a menos que seas un mono mutado y dotado de un impresionante manejo de la red; pero dada la baja probabilidad estadística de este acontecimiento, tomaré como que asumes las consecuencias de lo que digo.


Las voces, desde risas hasta insultos, siempre te han rodeado, al menos desde que tienes noción de recuerdos. Siempre ha había alguien que tuviera palabras, de cualquier tipo, para ti. Esa canción surround tan maravillosa juega a marearte, a impresionarte constantemente, a tenderte sillas sonriendo que retirará cuando el gesto se agrie.


La frivolidad, el engaño, el uso y desuso de las personas.


El particular diccionario de nuestro cerebro define la palabra inútil como cese de uso. No creo que te resulte curioso que x objeto deja de funcionar, te deshaces de él y adquieres otro que cumpla con las necesidad que te cubría el anterior. Cuando algo deja de ser útil, su vida, en todos sus aspectos, para ti ha acabado.


Me encanta vuestro juego. Llevo años aprendiéndolo y aún no alcanzo a entrever los faroles, aún no termino de memorizar todas las reglas, como si fuera demasiado tonto como para jugarlo. Pero tiene que haber inútiles para todo.




Lo que las personas no saben es que hasta las cosas inútiles te pueden poner la zancadilla.

19 de mayo de 2010

Estrés


Hoy, intentaré hablar sobre ese complejo término diabólico llamado estrés, El Indeseable.


En estas fechas, como cuando se acerca el invierno y comienzan los anuncios del Ferrero Roché, ese conejito nos enseña sus orejitas.




Disfrutadlo, porque yo llevo ahí abajo ocho meses.

10 de mayo de 2010

Evadir


A veces acercas las cosas a ti, pero otras veces, eres tú el que las evita. Y te gustaría estar muy lejos de ese lugar en el que la tierra arde cuando las ampollas incipientes de tus pies no dejan de recordarte que debes marcharte.


Estás en el lugar equivocado.


Has fracasado, inútil.


Y lo peor de todo: te has rendido.


Tu casa carece de muebles, de cortinas, de luces… Unos amplios ventanales invitan a esa blanca luz a pasar al lugar vacío que ocupa tu memoria, estrellándose contra unos sentidos demasiado entumecidos incluso para sentir daño.


En esos instantes sólo deseas llegar a un punto ciego, repleto de sombras. Una gota de oscuridad.


¿Conoces la razón? Se trata algo similar en cuanto a los parecidos entre escritorios y cuervos.


¿Alguna vez tuve razón?

7 de mayo de 2010

Evocar



La imaginación es un arma poderosa, tanto que deberían hacer cursos para aprender a controlarla.


Estoy convencido de que hasta tú has vivido esos momentos en los que tus párpados, cerrados, tiemblan en un atisbo tras otro de abrirse, cejando en su empeño finalmente cuando tus ojos comienzan a moverse en una oscuridad vedada e impuesta por ti, naturalmente.

Por unas horas, cada noche, eres ciego, pero un ciego que entiende de colores y de formas definidas. Un invidente que evoca algo en su mente que lo trastoca de forma tal que febrilmente se coloca en una posición privilegiada, eludiendo ciertos aspectos restrictivos con los que solemos codearnos de forma circunstancialmente inevitable en nuestra cotidianeidad.


La llama que se extingue inunda la estancia de un sedoso hilo de humo, danzante y sinuoso que se tambalea de un lugar a otro de una forma provocativa e inspiradora, adoptando figuras resbaladizas y cambiantes.


A modo de película monocromática, una cinta de imágenes solapadas, inconexas muchas veces y sin música de fondo, se trasladan como en un baila acompasado, como en un vals… Girando a modo de bailarina de caja de música. No terminas de ver el final, un final que te ves incapaz de imaginar.


No vas a poder volver a ver esa película, y deberías saberlo; no al menos del modo en el que la estás viendo hoy, pero tranquilo, está en ti.


El final, sólo lo verás una vez. Y cuando lo hagas, no sabrás que habrá llegado más que por eso que llaman instinto, y que tú has evocado