20 de marzo de 2012

Inciso





Nos paramos, a veces sin saberlo, en el momento más inoportuno. Y en esa quietud callamos, silenciando la melodía en el cuerpo principal de una obra; un inciso que irremediablemente quiebra la atención del público…


Pero no paramos impremeditadamente.


Paramos porque no sabemos seguir, y cuando todo gira demasiado deprisa solo queremos bajarnos de la atracción para dejar los pies quietos. Descalzos. Entre arena mojada. Para tener consciencia de que hay un suelo debajo, y que por mucho que la corriente nos arrastre, la caída tendrá freno a pocos metros bajo nosotros.


Esto es un vendaval. Pero debemos permitirnos incisos, para recordarnos que el buen tiempo llega.


Llega.


Todos nos cansamos de volar en algún momento. Volemos o no descalzos.


2 comentarios: