16 de mayo de 2011

Fútil


Fútil o no fútil, por poco que valga quiero pensar que tiene un valor, que tengo un valor. Y en ese cénit de abatimiento, se abra un claro de luna en la noche de mis pesares.


Que brille, poco o mucho, como el oro que todos ocultamos en nuestro interior. Encerrado a la mirada para que la codicia y la perfidia no lo conviertan en alquitrán.


Busqué tesoros, y los encontré; muchos tesoros de un valor incalculable. Pero aunque he paseado esas monedas entre mis manos muchas veces, nunca me he guardado ninguna en los bolsillos. Nunca ha sido necesario, porque los tesoros con oro de verdad no se desvanecen.


Y mis monedas también tintinearon, hasta el punto que llegué a creer que ese sonido desaparecería conforme las iba perdiendo. Las esperé de vuelta, pero aunque fueran de cobre, nunca regresaron.


He cerrado el libro de las oportunidades para aquellos que me habéis convertido en fútil.


1 comentario:

  1. La futilidad no es una característica de tu persona ;) Nunca lo ha sido

    ResponderEliminar