Si es ilusos jugar solo a ese juego de dos,
llámame, grítame iluso.
Mi forma de enamorarme no es
como la tuya.
Esa pelota que lancé rodando cayó
hace tiempo el barranco.
Y cuando bajé a recogerla jamás pensé en el precipicio
que se abría a tus espaldas.
Tan insólito,
tan vacío.
Y es que tú dejaste de ser
tú.
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