28 de septiembre de 2009

Ignorancia



Como una mariposa negra de alas enormes, que vuela sin que nadie la obligue a descender. Alguien prende fuego a la hoguera de los sueños y un sinfín de sombras deslizantes tapiza las paredes de un color gris.

 

Las personas pueden desear lo que quieren, tanto felicidad como infelicidad… Si no te arrepientes de tu elección, no hay nada de malo en ello, nunca… Elección.

 

Y de pronto, todo se vuelve un sueño, borroso y silencioso, en el que una niebla con un olor dulce te sume en ese su dominio… Se observa el mundo a través de un cristal sometido a la lluvia, en el que innumerables y pequeñas gotas se deslizan enturbiando la visión… distorsionando la Otra verdad. Si exhalas, un vaho cubre esa fría superficie, obnubilando cualquier percepción, tornándolo todo en algo cubierto por un velo gris cristal.

 

Las palabras no toman sentido, ni el tacto forma, ni el gusto sabor… Feliz o infeliz, el deseo se satisface, porque cuando algo cuenta: querer es poder.

 

La ignorancia no es para el ignorante, sino para el consciente. Un ignorante vive en su realidad, creyendo en Su verdad. El que trasciende, el que no limita su vista al punto de su nariz que hace bizquear sus ojos, para Ése y sólo Ése, sí existe una ignorancia. Pura, elegante y pausada, tranquila y acogedora, almohada de plumas en una cama de espinos ponzoñosos, porque es Ahí cuando se puede dormir, y cerrar los ojos, y saber que eso que quieres, alargando la mano creerás tocarlo.

 

Sí, creer. Nuevamente.

 

No es cuestión de Fe, sino de consciencia, ¿o más bien ignorancia? Un sueño de láudano para el alma cansada del que observa y comprende, que hay cosas que es mejor no ver.



No hay comentarios:

Publicar un comentario