20 de julio de 2010

Terco


A cada minuto has cedido, has sido tú el que se ha adaptado a ellos. Has huido con la mirada esquiva y palabras contradictorias, intentando convencerte de que haces lo correcto, que ese precio será recompensado. Persuadiéndote de que los necesitas para tu felicidad.


Pero no sopesaste demasiadas perspectivas más allá del altruismo y la asertividad… Más allá de tu empatía y del limitado número de variables que aparecían en la lista.


En este mundo no existe lo gratuito.


Ahora que la cuerda está tensa, te has tornado en inamovible, pétreo. Se ha acabado el subir colinas para evitar que te aplaste la gente. El trepar árboles para simular ser un mono más. Cuando sueltes la cuerda, ya no caerás en el pozo de barro.


Serás terco, irrevocablemente terco. Has cruzado la línea demasiadas veces ya, y aunque esto no signifique venganza, no sentiré ni el menor atisbo de lástima o compasión.


¿Quién podría imaginarlo?




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