
Es tarde, pero como no tengo nada mejor que hacer y desgraciadamente, sí, desgraciadamente mañana no tengo que madrugar, otra vez me encuentro hurgando un poco más en esas circunvoluciones de mi masa encefálica, no literalmente gracias a Dios o mejor dicho a ese hueso que le rodea.
A cada día que pasa me estoy dando cuenta de que la gente que se ríe de la buena y de la mala suerte es una ingenua; aunque el término correcto sería quizás el de inexperta, porque para creer en la suerte tienes que vivirla, tenerla o cualquier verbo aplicado directamente al término; la suerte no entiende de teoría.
Puedes tener buena o mala suerte, o bien una serie de catastróficas desdichas, traba tras traba que trastabillas. Por favor, aquellos que os hayáis mordido la lengua o los labios con tantas t y r seguidas, comenzad a leer para vuestros adentros: estáis solos delante del monitor.
Frustraciones, rencores, ira o vulgarmente lo que se llama mala hostia creo que es un conjunto asociado a la mala suerte, ¿o vosotros qué pensáis? ¿Habéis visto a los leprechaun así agarrados a su marmita al otro lado del arcoíris? Si existieran obviamente diríais que no.
Yo creo que Dios, o el Destino, es algo así como un pulgar bien rechoncho que persigue a esa hormiga que ha salido del hormiguero, y que una vez tras otra vez insiste en probar la resistencia del pobre insecto mediante una serie de aplastamientos.
Y ahí es donde quería ir yo. Diantres, ¿cómo vas a llegar a algún lado si ese ente se entretiene jodiendo la marrana?, con perdón.
No voy a hacer de esto un drama, pero tú, que mueves los hilos en todo esto, ten por seguro que te acabaré cortando los dedos algún día.
Al igual que puede intentar aplastarte, también, a veces, puede ayudarte a avanzar más rápido.
ResponderEliminarDetrás de una serie de catastróficas desdichas podemos encontrar una serie de acciones afortunadas.
Echarle la culpa al destino, a Él, a ... cuando el culpable tiene nombre y apellidos xD
ResponderEliminarCorta los dedos que tengas que cortar.