Como esa flor que se
dio un baño en nitrógeno líquido y que con un soplido asistirá al final de su
existencia integral. Nosotros somos frágiles como el cristal.
Brillamos y somos
hermosos. De colores, o ahumados en colores oscuros para ocultar nuestro
contenido. Pero seguimos siendo de la misma pasta de silicio fundida.
Somos frágiles, y
cuando nos rompemos, también cortamos.
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