Las he interceptado con mi visión lateral. Y en su vuelo errático, el batir de sus alas han sido destellos de llamada, un faro de luz plateada, azul, penetrante...
Me he sentido tan errático como ellas. Frágil, ligero, voluble. Sin saber si la brizna de hierba en la que me poso me podrá sostener más tiempo del que dure la brisa que me llevó hasta allí. Esperando una colisión, y que otra mariposa entre en mi órbita de piruetas aleatorias.
A ellas les seduce la luz. ¿Qué me seduce a mí de su vuelo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario