Una fase es un momento de transición. Un tiempo en el que estamos incompletos y vulnerables, como la crisálida que aún no ha endurecido su coraza de quitina.
Ser vulnerable desespera porque cuando uno se siente expuesto, cada fibra de la existencia física grita precaución constantemente. Y cuando comprendemos que la vida se compone de una sucesión de fases, la desesperación se torna en agonía, porque eso significa que vamos a vivir expuestos siempre.
Y decidimos no vivir, porque no nos gusta sufrir, porque somos vulnerables.
También podemos decidir que no haya más fases. Lanzar el Hechizo Oscuro y quedarnos congelados para siempre. Pero hay que estar dispuesto a pagar el precio, aunque este sea el vacío en el corazón y la ausencia de sentimientos.
ResponderEliminarEs un precio demasiado caro, hasta para mí.
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