18 de marzo de 2011

Decadente



Cuando termina una película y te quedas inmóvil y solo delante de la pantalla llorando mientras desfilan los créditos puedes pensar que no hay nada más decadente; pero cuando tu mirada se dirige a esa botella de vodka en la mesa de la que sólo queda un cuarto, todo se aclara.


Efectivamente, estás en el fondo. En el fondo de ese vaso ya sin hielo que tienes en la mano.


Rebujarte en la manta no va a servir de nada, ni tan siquiera para paliar el frío que invade la estancia. ¿Qué más da? Estás demasiado borracho para sentirlo.


Da igual la hora, da igual el motivo. Sabes que mañana será mejor, y es por eso que a veces lo decadente ayuda a seguir, porque no hay nada peor.


Porque al igual que un cuadro se sostiene por la pared en la que está clavado el clavo, los hechos no son nada sin sus circunstancias.


3 comentarios:

  1. ¿Qué hay de malo en la decadencia? ;)

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  2. Estoy de acuerdo, aunque a veces esa decadencia tan solo contribuye a herir más a la persona que la siente.

    De todos modos es importanca encontrar la fuerza de donse se pueda. ^^

    ¡Un salido!

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