
Quizás podría llamarse asco, pero yo lo defino como exasperación.
Caminas, arrastras, pisas, mellas, levantas, sacudes, horadas, salpicas, hundes y maldices. Lo miras y te asqueas mientras piensas en algo blanco y perfumado, algo que te lleve muy lejos de allí.
Resumiendo, odio el barro.
Porque hoy, he decidido ser breve.
Lo bueno si breve, dos veces bueno.
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